Ciudad de México -- El escritor colombiano Alvaro Mutis, fallecido hace una semana en México a los 90 años, se consagró como uno de los mejores poetas y narradores de su generación y como un excepcional exponente del realismo mágico.
Hijo de diplomático y nacido en Bogotá en 1923, Mutis creó una extensa obra poética caracterizada por la exuberancia, la torrencialidad, la vegetación sensual y feraz, según los críticos.
Su labor literaria comenzó con la publicación de poemas y crítica literaria en el suplemento del diario El Espectador de la capital colombiana principalmente, como su colega Gabriel García Márquez.
En 1947, publicó su primer poemario, La balanza, en colaboración con Carlos Patiños, y a partir de entonces empezó a publicar una obra limpia, que en su mayor parte se gestó lejos de su natal Colombia.
Alguna vez dijo que era escritor “por necesidad, para sobrevivir día a día el terrible mundo que habitamos”, fruto de las “caídas y debilidades del hombre que tan bien retrató Cervantes en El Quijote”.
Mutis jamás se consideró a sí mismo “un escritor profesional” y sostenía que sus libros no nacían de coyunturas particulares, sino que se nutrían de un particular modo de entender la literatura.
“Yo dejo que los temas vayan trabajando en mi cabeza y en mi memoria, y llega un momento en que empiezo a escribir, pero no tengo planes ni obras ya planificadas completas”, aseguró.
Aunque su obra es esencialmente poética y él se consideraba más poeta que otra cosa, a partir de 1986, año en que lanzó su primera novela, La nieve del Almirante, su aportación fundamental fue narrativa.
Entre sus libros sobresale el enigmático personaje de Maqroll, El Gaviero, su alter ego, un marinero protagonista de la narrativa y la poesía de Mutis que apareció en el poemario Los elementos del desastre (1953).
Del personaje llegó a confesar que “vino lentamente” a su vida y no sabía cuál podría ser su final: “Yo tengo la impresión de que Maqroll nació en la costa belga y es muy posible que haya sido así, pero él nunca me ha dicho [risas]. Se lo guarda por algún motivo”, afirmó hace varios años.
La vida de Mutis en Colombia dio un giro en 1956, durante la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957), cuando fue acusado de malversación de fondos en la petrolera Esso, donde era jefe de relaciones públicas, y se vio obligado a exiliarse en México, donde fijó su residencia.
A partir de entonces escribiría El diario de Lecumberri (1960), un relato sobre los 15 meses que estuvo encarcelado a la espera de su posible extradición a Colombia por los delitos que se le imputaban y que a la postre nunca se consumó; Summa de Maqroll el Gaviero, y relatos La mansión de Araucaíma (ambos en 1973), así como Ilona llega con la lluvia (1988).
Otros destacados libros suyos son Un bel morir (1989), La última escala del Tramp Steamer (1990), La muerte del estratega (1990), Amirbar (1990), Abdul Bashur, soñador de navíos (1991) y Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero (1997).